Tras los resultados oficiales de la ONPE, quedando el candidato Humala en primer lugar con un 31 % y Fujimory con 23 % y lejos los representantes de la “democracia moderna” PPK, Toledo Castañeda solo lograron ingresar algunos congresistas; nuestro panorama electoral ha quedado dividido en dos bandos -dicen algunos- entre el mal vs el menos mal; entre lo peor vs lo menos peor, pero porqué este final de candela (como dirían algunos comentaristas deportivos) porque ahora los electores nos han dejado este difícil final de elección entre ambos candidatos: a uno se le tilda de milico y cuando llegue al poder se inclinaría por un sistema político autoritario y hasta dictatorial y la otra que carga con un pasado vinculado con el autoritarismo o “dictadura democrática” y que también podría hacer lo que llevo a cabo su progenitor, cuando estaba en el poder. Entonces, digo: no es, quizás una prolija casualidad qué ambos candidatos con perfiles de gobierno similares, son los que los electores nos han puesto en vitrina y debemos de elegir a uno de ellos.
O es acaso qué el elector común, el ciudadano de “a pie” ya no confía en la democracia y busca cobijarse y arropar sus vestiduras en una dictadura o autoritarismo, quienes según ellos, es el que les va a brindar: seguridad frente a la inseguridad, principio de autoridad, precepto qué sólo ha quedado en los códigos, los papales y escritorios de algún tecnócrata y que no llega a la ciudadanía. Todo ello son los sinsabores de un elector, que se ve frente a una encrucijada: a quién elegir, por quién votar. Es una difícil decisión que sabremos decidir, pero con la razón y no con la pasión.
Víctor Delgado Huaranga
Esp. Ciencia Política
Mg. Políticas Públicas
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