25 feb 2011

LAS GUERRAS SUCIAS COMO TÁCTICAS POLÍTICAS

ESCRIBE:  HELDER ANDRADE USCUCHAGUA

Las guerras sucias es un método de uso frecuente en las campañas políticas. Lograr desprestigiar al oponente es uno de sus objetivos mayores. Sin embargo, este método se ha convertido, si así se puede decir, en tácticas que no dan otra cosa que mayor éxito al oponente más cercano (al que se encuentra en segundo lugar). Deduciendo de esta manera que los estrategas políticos de estos tiempos están cayendo en la rutina de imitar planes que no están dando resultados.

La experiencia en las elecciones pasadas para gobiernos regionales y autoridades locales, nos han demostrado que desprestigiar a un candidato es a la corta o a la larga muy favorable para el impelido. Tomaremos algunos ejemplos para demostrar que este método está sucumbiendo: En la región Pasco, Klever Meléndez, para entonces candidato por la agrupación política “Todos por Pasco” fue involucrado por tener un pasado senderista y de narcotraficante. La denuncia solo se basó en declaraciones de un ciudadano, sin presentar prueba alguna. La noticia se alarmó mucho más cuando se detectó que un integrante y brazo derecho de su agrupación había cumplido condena en la cárcel por el caso de terrorismo. La población se perturbó, pero no tardaron mucho para salir en su defensa, muchos medios de comunicación hicieron lo mismo. Resultado, el señor Klever Meléndez Gamarra, ganó las elecciones para presidente regional en segunda vuelta.

Otro caso similar sucedió con Susana Villarán, candidata por fuerza social a la alcaldía de Lima por el movimiento “Fuerza Social”, por supuesta alianza con Patria roja o ex militantes del MRTA entre sus candidatos a regidores y con la posibilidad de tener en su lista a personas que estuvieron en la cárcel por terrorismo. Este desprestigió le sumó votos para lograr finalmente el triunfo.

Si persiste esta conducta de los estrategas políticos, se correrá la misma suerte con Alejandro Toledo, Líder y candidato a la presidencia por el partido Perú Posible. Luego que un enjambre de golpes que propiciaron a través de la prensa, pensaron que Alejandro Toledo quedaría débil e indefendible. Pero las revelaciones han sido tan débiles e insostenibles que en vez de tumbar a Toledo, acabaron por tumbarse ellos mismos. Toledo ha salido fortalecido del ataque, quedó como víctima de un complot- papel que vienen protagonizando con destreza y entusiasmo ocupando el primer lugar en las encuestas. A partir de eso, Perú Posible acusa al gobierno de guerra sucia y pasó al contraataque para su defensa.

Personalmente no tengo nada contra el señor Toledo. Recuerdo muy bien su lucha contra la dictadura y el restablecimiento de la democracia. Un gobierno en donde se mostró menos apariencia de la corrupción que el presente, logró también, un gran equilibrio de la economía, dejando al señor Alan García con muchas posibilidades de desarrollo para el Perú y, al menos hasta ahora, se le ha acusado de ser alcohólico, drogadicto y hasta pendenciero pero no se le ha encontrado mafias ni corrupción en su contra. Y así como se vienen dando los golpes bajos en su contra, tal vez podría ser electo por segunda vez al gobierno del Perú. Pero el asunto está en que hasta ahora, ningún segundo gobierno ha garantizado que la experiencia del primero le ayudará a gobernar mucho mejor en el presente, más de lo contrario, sacan en ese momento su mejor garra de viejo zorro para realizar saqueos al estado y así quedar demostrado que la corrupción seguirá siendo uno de los peores males para retrasar el desarrollo del Perú. Sin embargo, ya a puertas para las elecciones presidenciales, no me queda otra cosa que analizar con pinza las propuestas de los candidatos, para al fin, decidir por quién votar en las elecciones. Tal vez, sea una vez más, la elección por el mal menor.

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