13 abr 2011

¿ERES ADICTO AL SEXO?


Autor: Esther Vargas

Juan fue abandonado por su esposa hace ocho meses. Este arquitecto, de 30 años, me escribe un e-mail en el que relata su pesadilla. Al comienzo, el pensar todo el tiempo en sexo lo llevó a sentirse el más macho. De pronto, algo en él se desbordó. Su mujer ya no le bastaba. Quedaba vacío. Al principio se refugió en Internet, donde encontraría amantes que le acariciaban el imaginario y lo llevaban a masturbarse. Pronto, buscar sexo en la calle se hizo costumbre. Al mismo tiempo, tenía dos amantes que tampoco saciaban su descomunal hambre. Su esposa descubrió al verdadero Juan cuando este se quedó sin dinero: no tenía ni para las compras en el supermercado.

¿Qué pasó? “No entiendo nada”, decía ella. Y él no sabía qué explicación darle a la madre de sus dos pequeños hijos, de 6 y 4 años. Comenzó a llorar y a golpear la pared. Sus hijos presenciaban la escena. Toda la plata se le había ido en sexo de pago, en regalos a sus ‘amigas’ y en otros vicios que lo han tomado de rehén.

El sexo, cuando se hace adicción, no llega solo. Algunos se hacen ludópatas. Juan consume coca porque le permite continuar su vertiginoso ritmo sexual. No se cansa, pero está destrozado. Ha dejado de trabajar en una constructora, donde le llamaron la atención por acosar a una secretaria. Ha comenzando a visitar a un psicólogo. Es el primer paso.

No ve a su esposa ni a sus hijos y siente vergüenza de enfrentarlos. “No los merezco”, repite. El mismo día que su familia lo abandonó, salió en busca de una prostituta. Tras saciar su apetito sexual, se puso a beber, y a llorar. Al día siguiente repetiría el patrón.

¿CÓMO IDENTIFICAR A UN ADICTO AL SEXO? Se estima que un 6% de la población mundial padece un problema como el de Juan. Quizá la cifra sea más alta pues la mayoría no lo comenta. La búsqueda insaciable de placer es un secreto que permanece oculto hasta que todo explota con un escándalo (una denuncia de acoso sexual), con problemas económicos o con violencia.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales incluye la adicción al sexo y la llama trastorno de la hipersexualidad, cuyas víctimas son, en su mayoría, hombres. Las mujeres que la sufren parecen ser menos.

¿Qué pasa en Perú? Los sexoadictos son pocos aún. Según algunos psiquiatras, la mayoría visita discotecas, night clubs, karaokes y casinos, y consume pornografía en todos lados, a escondidas, claro. Quienes buscan ayuda –los pocos– acuden a especialistas diciendo que no pueden dormir ni concentrarse o que tienen depresión.

SEÑALES:

- Ciertos tipos de comportamiento, como sexo frecuente casual o sexo de alto riesgo.

- Uso excesivo de pornografía.

- Querer detener o cambiar el comportamiento sexual.

- Sentir que es imposible parar.

- Usar el sexo para hacerles frente a otros problemas.

- Necesitar más sexo para obtener el mismo resultado.

- Sentirse triste o culpable.

- Pasar cada vez más tiempo planeando actividades sexuales.

- Perderse eventos sociales importantes o, incluso, el trabajo para conseguir más sexo.

- Para alcanzar un nivel aceptable de alivio físico y emocional, necesita cada vez más una mayor variación en sus actividades sexuales y románticas e invertir una dosis cada vez mayor de energía y esfuerzo.

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